La catedral de la Almudena, obra cumbre de Fernando Chueca Goitia y Carlos Sidro de la Porta, nace de un concurso público en el que se intenta enmendar un proyecto neogótico del Marqués de Cubas que siendo espléndido y majestuoso, dejaba anulado el Palacio Real por las proporciones como de uno a tres entre el barroco clasicista de Palacio y el neogótico del proyecto catedralicio. Los jóvenes arquitectos ganaron un concurso de ideas muy severo en sus bases donde se pedía explícitamente que no se desmontara una sola piedra ya ejecutada por las obras del Marqués de Cubas y que comprendían la cripta neorománica y las pilastras de la futura catedral segunda planta del proyecto. Si se tiene en cuenta que los Interejes entre columnas del románico y del gótico son muy distintos de los interejes del barroco, ya se puede valorar la maestría de estos arquitectos que supieron armonizar la catedral desde la rasante para arriba con el volumen arquitectónico del Palacio Real. Emanuela Gambini, colaboradora de Fernando Chueca, ha intervenido directamente en la construcción de dicha catedral, siendo nombrada arquitecto de la catedral por el Patronato para la terminación de la misma, nombramiento aun vigente.
